Mujer y Familia desafíos frente al COVID - 19

Los desafíos para la Mujer y la Familia frente a la Pandemia del COVID- 19 han sido generadores de grandes transformaciones en el seno de muchos hogares, especialmente en los roles de cuidado de muchas mujeres a nivel  mundial. La OEA lo llamo la exacerbación de la crisis de cuidado, y no da para menos esta connotación tan especial, la cual prendió las alarmas del Estado Colombiano, especialmente de la Vicepresidenta de la República Marta Lucía Ramírez quien bajo la Consejeria Presidencial para la Equidad de la Mujer se ha dado de la tarea de implementar proyectos que ayuden al fortalecimiento especialmente de la economía de la mujer en época de pandemia.

Y para entender un poco este tema “de los desafíos” tendríamos que irnos y recordar entonces que  el artículo 43 Superior establece que "La mujer y el hombre tienen iguales derechos y oportunidades. La mujer no podrá ser sometida a ninguna clase de discriminación; y que el Estado apoyará de manera especial a la mujer cabeza de familia". 

Es así como en medio de la incertidumbre nace la oportunidad, aferrados a este postulado constitucional, de hacer visible la necesidad que se tiene frente a la desigualdad de la mujer y que ostensiblemente se ha visto más impactada en época de confinamiento. 

En el decreto presidencial 810 de 2020 “que nos habla sobre la creación de un mecanismos para intervenir y financiar empresas de mujeres en pro de mitigar el impacto económico del COVID -19 en las colombianas” se mencionó como se ha generado un impacto del COVID-19 en las mujeres, de acuerdo con los análisis elaborados por los principales organismos multilaterales y centros de pensamiento, tales como el Banco Mundial, el BID, ONU Mujeres, CEPAL y la OCDE, así como las medidas para mitigarlo tiene un impacto diferenciado y supondrá mayores costos y efectos negativos para las mujeres que para los hombres. 


A su vez, la ya mencionada Organización para la Cooperación y el Desarrollo en su artículo publicado el 20 de marzo de 2020 "Women at the core of fight of COVID-19 crisis" señaló además que las mujeres enfrentan un incremento desproporcionado en sus jornadas laborales, lo que repercute en en la estabilidad emocional y física, incluso dedican en promedio 2 horas más en labores de cuidado en relación con los hombres. Esas dos horas podrían significar estar por encima del promedio. 

Los efectos y los desafíos se deben concentrar en priorizar la economía, el empoderamiento y el fortalecimiento de la mujer, no podemos bajar la guardia, el impacto para la economía de cientos de hogares lo veremos reflejado en el futuro según cifras oficiales mostradas en el decreto 810 de 2020, ya mencionado. 

Ahora bien, según el Banco Mundial en una publicación que tituló "Mujeres y COVID en el marco de la emergencia" del Observatorio Colombiano de la Mujer, se estima que alrededor de 6 millones de mujeres en los sectores afectados por la emergencia están en riesgo de perder sus empleos. 

Lo anterior significaría para Colombia que 1,381,256 de mujeres adicionales caerían en condiciones de pobreza, lo que se traduce en un aumento de la tasa de pobreza femenina en 3.3 puntos porcentuales con respecto a la situación pre COVID.

Según los reportes hechos por todas estas organizaciones, tenemos que ¡Prepararnos! con acciones concretas. 

Por eso la necesidad de que los Estados, especialmente las Gobiernos Departamentales y Municipales, incluyan en el marco de sus planes de desarrollo, la especial protección de la mujer desde un enfoque orientador diferencial, esto no es otra cosa que el marco de una equidad le permita desde el seno de sus hogares construir y ser pilar de emprendimiento, que lo llamaré “la primera parte de la metáfora de la naranja” y que no es más que  la constitución de herramientas bases que le permitan a la mujer crecer en 1. Libertad. 2. Amor propio 3. Autonomía. ¿y por qué la mitad de la naranja? Porque la otra mitad de la naranja hace referencia al sistema punitivo del Estado que se vuelve coercitivo en el marco de la protección de esos derechos, que exigen la protección y la garantía dentro de un mismo sistema que tiene con fin ser resocializador, es decir volver hacer reagrupador de esas familias. 

Entonces si la necesidad de la mujer está básicamente orientada frente al desafío de reconocer sus libertades y derechos, valorar su esencia desde el reconocimiento de sus capacidades, fortalecer su valores, crear independencia económica, ¿Cuál sería el camino para enfrentar dichos desafíos, en el marco del COVID a que nos enfrentamos? 

Yo creo que no hay que darle mucha vuelta a la cosa, el camino, la solución no es otra que la EDUCACIÓN, destacando la importancia de no ir directamente a lo  punitivo y más a lo preventivo. La acción de crear un liderazgo en las mujeres apunta a la solución. 


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La ley de las mujeres es empoderarse